De pronto me acerqué la mano a la cabeza y escuché el sonido del mecanismo del reloj, la gota de agua incesante en el baño, los motores de los autos. La puerta de calle. La espera. Y lamenté.
La reincidencia.
Capítulos de reincidencia.
La palabra me persigue, me agota, me chupa la sangre.
Me escupe a la cara mi propia imbecilidad.
LUZ VERDE PARA LAS OREJAS
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La parte del cuerpo que más se destaca en la moda… LA OREJA, que no pasa
desapercibida. Cargada y llena de aretes, Si así se lucen los laterales de
la ca...
Hace 5 años.
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