degenerarono

Sos como un monstruo gordo, grasiento y fofo, que me chupa los pies, como el sapo de laiseca, con una verga deforme y amenazante que no podés manejar, como la sombra negra de lost, como un denso baño de melaza. Aún así, si te volviera ver con camisa a cuadros y zapatos de vieja, no me tomaría el trabajo de escupirte, miraría un poco más arriba de tu cabeza, te esquivaría como a la peste bubónica en dibujito de la edad media, y seguiría mi vida, silbando bajito, por la vereda del sol.

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